En esta casa, originalmente con una cocina de dimensiones reducidas, logramos incorporar un espacio previamente en desuso. Anexándolo a la cocina existente, creamos espacio suficiente para un necesario comedor de diario.
Construida en la década de 1940 en Recreo, buscamos inspiración en los pavimentos del vestíbulo de acceso existente para utilizar este hermoso y colorido terrazo de gran formato en los muros de la cocina.
Este remodelado ambiente se perfila sin duda como un punto de reunión para toda la familia. Esta transformación ilustra cómo se puede revivir un espacio con un diseño bien pensado y una elección cuidadosa de los materiales, honrando al mismo tiempo su historia y carácter originales.