Este proyecto representó un gran desafío, dado que la modificación extensiva de la espacialidad en un departamento puede ser complicada. En este caso, no solo abrimos la cocina y cambiamos su distribución, sino que además añadimos una isla muy prominente en este espacio de apenas 2,8 metros de ancho.
El uso de porcelanato en tonos grises con acabado de madera para el piso y el salpicadero de tipo glass entre los muebles resultó en la combinación perfecta de funcionalidad y sofisticación que buscábamos para este proyecto. Completamos el diseño con un vistoso papel mural de grandes ramas grises. El resultado nos fascinó.
Este proyecto es un ejemplo de cómo, con una visión creativa y una planificación detallada, podemos transformar cualquier espacio, sin importar su tamaño, en un área funcional y estilizada.