En ocasiones, no podemos «abrir» la cocina o integrarla al living tanto como quisiéramos. En este proyecto, se nos ocurrió la idea de incorporar la loggia… ¡y voilà! Aunque solo se añadieron 1,6 metros más de fondo, la diferencia parece monumental.
Incluimos en el diseño interior una lavadora-secadora y dejamos un espacio para un mini desayunador, lo que resultó en un espacio que fluye naturalmente. Estamos sumamente satisfechos con el resultado, pero lo que realmente nos llena de alegría es ver la felicidad en los rostros de sus dueños.
Este proyecto es un testimonio de cómo, con un diseño ingenioso y un uso eficiente del espacio, podemos transformar una cocina, mejorando su funcionalidad y estética.