¿CÓMO ELEGIR LOS BLANCOS PARA TUS PAREDES?
En casi todos mis proyectos los clientes me piden pintar todo de color “blanco”. Y, aunque no lo parece, existen muchísimos tonos de blanco para pintar las paredes en los distintos ambientes de una casa o departamento.
Después de dos décadas relegados en el interiorismo, los colores blancos volvieron hace ya varios años, de la mano de la decoración nórdica, dejando por fin atrás los colores más cálidos, en tonalidades amarillas, mostaza y damasco, tan comunes en los interiores de las viviendas de los años 90s y la primera década de los 2000.

En general, me gusta hacer contraste entre el cielo y cornisas, las cuales habitualmente pinto de un color blanco neutro. Utilizo siempre pinturas esmalte al agua mate para los recintos habitables, pues los encuentro más elegantes. Un marca con muy buena relación precio-calidad es BEHR, en su línea profesional mate. También SHERWIN WILLIAMS, con su línea limpia fácil, que a pesar de catalogarse como “satinado” (o sea con un leve brillo), es bastante opaca.
Al igual que para los otros colores, existen muchos tipos de blancos, partiendo por el blanco puro (sin ningún tipo de matiz), que lo utilizo para cielo y cornisas. Es un color homogéneo y neutro.
Los otros tipos de blancos siempre se encuentran en una carta de colores, siendo los más como comunes para paredes las variaciones blanco roto, blanco hueso, blanco tiza, blanco invierno y blanco antiguo, entre otros. Éstos son los más nombrados cuando conversamos respecto al matiz con que queremos la pintura.

El blanco frío está referido a un blanco con una leve tonalidad gris o azulosa, donde se quiere generar ambientes más bien fríos y neutros.
El blanco hueso (bone), muy de moda hace años, cuanta con ciertos matices café o marrón y marfil.

Blanco antiguo, o crema, se asocia a las páginas de un libro y tiene tintes amarillos en su composición. Como lo dice su nombre, este tono es más bien recomendado para decoraciones predominantemente clásicas.
El blanco tiza es uno de mis favoritos, ya que viene tonalidades taupe (una mezcla entre gris y marrón), que le aporta equilibrio y es combinable con todo.
Y, por último, el blanco invierno, que también viene del gris, con algunas notas de beige, que lo hacen muy compatible y versátil.

El blanco verdoso, un color de muy de moda últimamente, con tonos verde oliva, pero mucho más claro y luminoso, se puede combinar con blancos, grises y marfil.
Al elegir el blanco para tus paredes fíjate en el resto de tonos predominantes en la decoración, así como los pisos, ya que es muy importante hacer match con los otros revestimientos protagonistas del espacio, para así lograr una armonía de color.

Otros temas que también influyen en la elección son la iluminación predominante en el espacio a intervenir, por lo que siempre recomiendo comprar una muestra del color en el formato más pequeño disponible y probarlo antes. BEHR cuenta con unos tarritos pequeños (200 ml) ideales para este fin y, por cierto, bien económicos.
VC